top of page
  • Foto del escritorDM

TERCERA SESIÓN

6 de Newyear (cont.)

Tras registrar la guarida de los hombres rata, La Alegre Compañía de los Alegres Sufridores de North Market recogió sus cosas y emprendió el camino de vuelta a la casa para descansar un poco. Geth y Luther, hombro con hombro, emprendieron el camino hacía el bien merecido descanso mientras el resto del grupo inspeccionaba la bifurcación del túnel que llevaba hacía la casa (el túnel que nacía bajo la casa llegaba hasta una bifurcación donde una de las salidas llevaba a las alcantarillas, la otra hacia lo desconocido). Allí encontró Urgrim un grupo de huellas que parecían pertenecer a 6 humanos y un enano que venían desde su casa y se internaban en el negro túnel desconocido. Esto disparó la imaginación de los allí presentes que comenzaron a elucubrar con decenas de posibilidades… Al final se decidió volver a la superficie, comprar una armadura para Reldark, comer algo y ver hacía dónde iba el fantasma que habita su morada.


Al llegar a casa encontraron el periódico en la puerta de la casa, periódico que traía noticias relacionadas con un movimiento republicano secesionista y una plaga de Basiliscos en las tierras del sur. Mientras Reldark compraba su armadura, Lerioth llegaba a un acuerdo con la vecina, Hanna Piegrande, para que esta cada dos días les dejara una cesta con comida en la cocina y Alton dirigía sus pequeños pies al barrio de Rivergate para charlar con los Halflings que habían sido robados días atrás. Allí se enteró de que el globo, un modelo nuevo diseñado en La Forja, estaba inspirado en los globos mercantes gnomos y que iba a ser la nueva atracción del negocio de los Barbaros Globonautas.


A las 12 de la noche, todos los compañeros aguardaban la aparición del fantasma de Otyk Grayson y este no defraudó a su público. Repitiendo su secuencia de movimientos y diálogo como un autómata espectral, el fantasma guio a los compañeros hasta la guarida skaven donde daba la impresión de que había sido hecho prisionero y atado a la misma barra en la pared que Geth y Reldark. Luego vieron como el fantasma de Otyk era transportado en una carretilla espectral a las alcantarillas y desaparecía ante sus ojos…. Los compañeros, perplejos porque sus deducciones no eran todo lo correctas que parecían a la luz de estos nuevos acontecimientos decidieron seguir el rastro de huellas que había cerca de los túneles bajo su casa a ver si eso aportaba nueva luz a la investigación.



En la bifurcación siguieron entonces las huellas internándose en el túnel que descendía y descendía. Pasados 40 minutos de descenso en los que cualquier vestigio del calor superficial era ya un deseo más que una realidad, el túnel excavado en la roca dio paso a unas bellas baldosas talladas con preciosos e intrincados dibujos de relojes de arena… Parecía esta una sección de mazmorra vieja, muy vieja, de antes de que la ciudad existiera como tal. Este viejo túnel llevaba serpenteando hasta unas escaleras… ¡desde la que salía luz! El grupo se acercó sigilosamente y llegaron a ver el cadáver de un enano, muerto hace días, postrado en las escaleras y detrás suyo… unos engendros mecánicos. El grupo lucho valientemente contra dos guardias mecánicos y sus sabuesos con gran esfuerzo y sudor pues la llama mágica que impulsaba los movimientos de los constructos era poderosa y no se extinguía con facilidad. Finalmente, el grupo consiguió acabar con ellos y vieron que estaban en una gran sala iluminada por lámparas mágicas con forma de reloj de arena. Por el suelo, cadáveres calcinados de 6 humanos les hizo ver que se encontraban en un sitio bastante peligroso. No quisieron profundizar más en la dungeon que se encontraban y tras registrar al enano muerto (y enterarse que se trataba de ¡Dollin Ebenhome!, el anterior propietario de su casa) y quedarse con su precioso martillo de guerra, volvieron a lamer sus heridas al hogar. Eso sí, volvieron arrastrando 2 de los autómatas con intención de sacar algún beneficio por sus inertes cuerpos metálicos.



7 de Newyear

Al día siguiente, domingo, amanecieron del descanso para medio día y dedicaron el resto de la mañana a hablar con la guardia de la ciudad. Allí se enteraron de los rumores que decían que el anterior propietario de la casa y hoy enano difunto, Dollin Ebenhome, pertenecía a la Liga Criminal de Kevris Killraven que era, al parecer, una banda mafiosa recién asentada en la ciudad.


El difunto Dollin

Tras eso, y con el mapa encontrado en la guarida skaven, el grupo puso sus pies rumbo al Distrito de los Templos. Recorrieron la Calle del Millón de Dioses de arriba abajo, maravillados por la cantidad de creencias que habitan la ciudad, hasta que encontraron el Templo del Dios Rata, justo entre los templos del Dios de las Herramientas Innecesarias y el Dios de la Bebida. Tras una inspección exterior del edificio decidieron no irrumpir en él a lo loco (inesperado es) y buscar a través de las alcantarillas un acceso a los bajos del templo o a los túneles de los cultistas. Eso hicieron y gracias a la orientación subterránea de Urgrim no les costó mucho llegar hasta lo que demostró luego ser la entrada a la dungeon bajo el templo del dios Rata.


Allí se enfrentaron a zombis, ratas gigantes, hombres rata y lo que parecía ser el hombre rata que habían visto Reldark y Geth Pegote cuando estaban prisioneros. Tras un duro combate consiguieron acabar con ellos, aunque no pudieron impedir que una sacerdotisa humana vestida con ropajes púrpura huera del templo antes de que pudieron impedirlo.


¡En la próxima más! ¡No cambien de canal!

64 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

bottom of page